“El mejor ejemplo de lucha contra la violencia en general, y urbana en particular, es el que ha dado Colombia”, Antonio Ortega

Publicado el Domingo, 26 Marzo 2023, en Divulgación académica, Destacados El Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal AC, entregó el ranking 2022 de las 50 ciudades más violentas del mundo. José Antonio Ortega Sánchez**, presidente del Consejo, dialogó con el IEU-UNAL sobre los resultados de este listado. “El mejor ejemplo de lucha contra la violencia en general, y urbana en particular, es el que ha dado Colombia”, Antonio Ortega De las 50 ciudades del ranking 2022, 17 se ubican en México, 10 en Brasil, 7 en Estados Unidos, 6 en Colombia, 4 en Sudáfrica, 2 en Honduras y una en Puerto Rico, Haití, Ecuador y Jamaica. ¿Qué indicadores se tuvieron en cuenta? El indicador que se tuvo en cuenta es la tasa de homicidios por cada cien mil habitantes en ciudades con 300 mil o más habitantes. Se tuvieron en cuenta seis criterios de selección: 1. Debía ser una unidad urbana claramente definida. No podía ser un área o jurisdicción que fuera parte de una ciudad ni pertenecer a un municipio (o jurisdicción equivalente) que en lugar de ser predominantemente urbano fuera predominantemente rural. 2. La urbe en cuestión debía tener 300 mil o más habitantes, según datos demográficos de fuentes oficiales. 3. Los datos sobre homicidios debían corresponder a las definiciones universalmente aceptadas de los homicidios dolosos u homicidios intencionales o muertes por agresión (con la excepción de muertes en operaciones de guerra o la muerte legalmente justificada – no en ejecuciones extrajudiciales- de agresores por parte de agentes del orden). No se incluyen cifras sobre homicidios en grado de tentativa. 4. Las cifras de homicidios debían provenir de fuentes oficiales o fuentes alternas. En cualquier caso, los datos, las estimaciones y la metodología de cálculo debían ser verificables y/o replicables. En algunos casos los datos fueron resultado de un conteo propio, a partir del análisis de notas periodísticas. 5. Las cifras debían corresponder al año anterior en que se difundieronlos resultados. Sólo de manera excepcional se pueden considerar los datos de un año anterior (los de 2014 para 2015, por ejemplo), ante la presunción fundada de que no hubo variación sustancial de la incidencia de homicidios. 6. Las informaciones debían ser asequibles a través de Internet. El se hizo de acuerdo a las convenciones de los criminólogos y organizaciones como la Oficina contra las Drogas y el Delito de Naciones Unidas y la Organización Mundial de la Salud. En el caso de México hicimos un índice de violencia municipal en el que incorporámos otros delitos como secuestro, violación, lesiones dolosas, robo con violencia y extorsión. ¿Por qué no lo hicimos así con las demás ciudades? Por la falta de datos en otros países. Por eso también decidimos tomar en cuenta sólo el homicidio. ¿A qué se debe que América Latina tenga la mayoría de las ciudades más violentas del mundo? La razón por la cual América Latina tiene el mayor número de ciudades violentas del mundo es la debilidad del Estado de Derecho, que no se reduce exclusivamente a la justicia penal. El Estado de Derecho es la condición de un país que vive bajo unas reglas, que se caracteriza por: 1. El Estado debe reaccionar oportunamente ante las acciones de violencia e impedir que crezcan; y 2. Castiga los delitos y tiene una presencia que inhibe que los delitos se cometan. El gran problema de los países con altos índices de violencia es que el Estado no está ejerciendo el monopolio de la violencia. Existen otras fuerzas criminales o político - criminales que compiten por el Estado en el ejercicio de la violencia, al grado de que pueden fijar reglas y decidir quién vive o muere. Son grupos criminales muy organizados y fuertes, que pueden cobrar impuestos a manera de extorsiones. La primera característica de un Estado de Derecho es que el Estado - institución ejerza el monopolio sobre la violencia. En ciertas ciudades hay grupos dedicados al narcotráfico, cuyo negocio no es la droga sino la violencia. No se trata de contrabandistas ni de productores, sino de grupos sumamente violentos que tratan de apoderarse del monopolio de un mercado clandestino como son las drogas. Lo mismo ocurrió con el alcohol cuando se ilegalizó y así sucederá con lo que sea declarado ilegal. Siempre habrá grupos que traten de establecer un monopolio mediante la violencia. Otra característica del Estado de Derecho es que hay reglas claras de juego plasmadas en leyes. Existen para que los gobernados controlen el poder de los gobernantes, no al revés, para que los gobernantes marquen a los gobernados todos los detalles de cómo deben vivir su vida. En América Latina, sobre todo en las últimas décadas, es lo que hemos vivido, leyes concebidas para que el Estado controle a los ciudadanos. Pero los Estados fallan en controlar las conductas violentas, por omisión o porque los agentes están coludidos con los jefes de los grupos criminales. Reciben sobornos y dejan correr su violencia. No podemos olvidar que dentro de los países más violentos del mundo está Honduras y uno de sus expresidentes, apenas terminó su mandato, fue extraditado a Estados Unidos por proteger narcotraficantes. También acaba de ser condenado por narcotráfico y protección de narcotraficantes, el exsecretario de seguridad pública durante el gobierno del mexicano Felipe Calderón, en el cual se había creado la fama de que se combatía a los grupos criminales. Donde prevalece el Estado de Derecho la ley se cumple, pero no se puede hablar de cumplimiento cuando más del 90% de los delitos quedan impunes, porque ni se investigan ni se castigan. Eso es lo que tienen en común todos los países de América Latina, altos niveles de impunidad. Otra característica, es el bajo nivel de corrupción. Si los gobernantes, los jefes policiacos y militares están coludidos con los grupos criminales, es obvio que hay una corrupción muy elevada. Una característica más del Estado de Derecho es la rendición de cuentas, que no solo es ser transparente y publicar cifras sobre las acciones de gobierno y en el caso de la justicia penal sobre los delitos. Rendir cuentas es hacerse responsable de las decisiones que se toman. Lo que vemos es que los jefes policiales pueden entregar las peores cuentas y no pasa nada, especialmente en México. De acuerdo al reporte del Consejo de Seguridad Pública, en la lista de las primeras diez ciudades más violentas del mundo aparecen nueve de México: Colima, Zamora, Ciudad Obregón, Zacatecas, Tijuana, Celaya, Uruapan y Juárez; y, en este mismo rango, aparece New Orleans, de Estados Unidos. ¿A qué fenómeno es posible atribuir la situación de las ciudades mexicanas? Las ciudades mexicanas son de las más violentas del mundo porque la debilidad del Estado de Derecho es más acentuada en este país. La colusión con grupos criminales y la falta de rendición de cuentas es mayor. Bajo el actual gobierno de Andrés Manuel López Obrador se puso en marcha una política llamada “más abrazos no balazos”. Mientras en anteriores gobiernos se disimulaba que se combatía a los grupos criminales en este ni siquiera eso se hace, se dice que a los delincuentes violentos no hay que combatirlos aplicándoles la ley sino dándoles abrazos. Es decir, metiéndose con ellos, dejándoles que cometan actos de violencia y crímenes. Por eso México tiene esa situación tan extraordinariamente grave. De igual manera, en el ranking de las 50 ciudades más violentas del mundo aparecen seis colombianas: Cali, Santa Marta, Buenaventura, Cartagena, Palmira y Cúcuta. ¿Qué factores determinan los índices de violencia en estas ciudades? Lo que ocurrió con las ciudades colombianas en 2022 no es la constante. Lo que pasó en este año se debe a varias razones. Si vemos el ranking de 2020 solamente había dos ciudades de Colombia en el ranking. Dado que en 2021 y 2022, por falta de datos, no se pudieron incluir ciudades de Venezuela, ingresaron las colombianas. Si se contara con la información, por lo menos cuatro ciudades venezolanas estarían en el ranking, es decir, las cuatro últimas de este listado quedarían por fuera: San Luis Potosí (México), Cúcuta, Palmira y Cartagena (Colombia). Además, lo que sucedió en Buenaventura, Cartagena y Santa Marta en 2022, fueron alzas momentáneas que no indican una tendencia de violencia creciente. No sabemos si en los próximos años la situación de Colombia va a seguir siendo como en los últimos años. A partir de 2002 en Colombia observamos una dramática disminución de la violencia. El gobierno aplicó una política de actuación en contra de los tres actores principales de la violencia: los grupos guerrilleros, los paramilitares y los ejércitos de sicarios del narcotráfico. Esto se ha mantenido en términos generales, aunque quedan áreas del país con remanentes de grupos violentos. Todavía hay que resolver el problema de una tasa relativamente alta de homicidios en Cali. Es probable que se logre como se consiguió en Medellín y sacarla del ranking. ¿Es posible identificar dentro del estudio ciudades latinoamericanas que hayan presentado mejoría en sus índices de violencia? ¿Cuáles podrían ser y por qué razones? El mejor ejemplo de lucha contra la violencia en general y urbana en particular es el que ha dado Colombia. El país suramericano a finales de los años 80 y comienzos de los 90 podría denominarse la capital mundial de la violencia. Cuando sufrió el embate, casi guerra de los grupos criminales, en particular del cartel de Medellín, en contra del Estado colombiano se desataron una serie de ataques terroristas. Simultáneamente, estaba la guerra entre los carteles de Medellín y de Cali y otros grupos criminales. Un ejemplo de lo grave que era la situación son las tasas alcanzadas por Medellín entre 1989 y 1995. Desde mediados del siglo XX tenemos documentado y ninguna ciudad había tenido estas tasas. En 1989 tuvieron 248 homicidios por cada cien mil habitantes; 330 en 1990; 381 en 1991; 352 en 1992; 311 en 1993; 263 en 1994 y 294 en 1995. Nosotros comenzamos a hacer el ranking en 2008 con 10 ciudades y a partir de 2010 fueron 50. Si el listado se hubiera hecho desde finales de los años 80, durante varios años Medellín hubiera ocupado el primer lugar, seguida de Cali y otras urbes colombianas. A partir de 2002 se tomó una decisión política muy firme de abatir la violencia actuando contra los tres factores y restaurar el ejercicio del monopolio de la violencia por parte del Estado. Eso significa que solamente los agentes del Estado pueden ejercer una violencia legítima y legal, acorde a la ley. No puede haber milicias privadas de nadie, ni terroristas, ni guerrilleros, ni paramilitares, ni bandas de sicarios del narcotráfico, solamente pueden existir los agentes del orden como lo son la policía y el ejército. Eso fue lo que se hizo en Colombia y hoy se tienen tasas de alrededor de 20 homicidios por cada cien mil habitantes. Eso es una gran lección. La segunda gran experiencia en reducción de la violencia es lo que se hizo en El Salvador, que llegó a ser el país más violento del mundo, en 2015 con una tasa de más de cien homicidios por cada cien mil habitantes. Ahora tiene una tasa de un dígito.El país centroamericano hizo lo mismo que en Colombia, es decir, restaurar el monopolio de la violencia del Estado. En este caso el monopolio era disputado por las llamadas “Maras Salvatruchas”. No se trató de descabezar a estos grupos, porque surgen otros, se trata de aniquilarlos. Pero no estamos hablando de cometer atrocidades, desapariciones, ejecuciones extrajudiciales, ni violar los derechos humanos. Se trata simplemente de aplicar la ley. Si queremos resolver el problema en el resto de América Latina, hay que hacer lo mismo que Colombia y El Salvador. Sin embargo, no todo lo que se ha hecho en El Salvador es correcto, por ejemplo, el año pasado hubo un intento por penalizar a las víctimas que paguen la extorsión. Con eso no se reduce el delito sino que se evita que la gente denuncie. Otro elemento importante es el abatimiento de la impunidad, porque casi ningún homicidio se castigaba y ahora tenemos porcentajes crecientes de castigo. También tenemos buenas experiencias de reducción de la violencia en Honduras. San Pedro de Sula por tres años consecutivos fue la ciudad más violenta del mundo y aunque no ha salido del ranking, se encuentra en la parte de abajo de la tabla. Lo mismo pasó con Tegucigalpa. La reducción de ciudades de Brasil en el ranking también es muy importante y esperemos que siga bajando, a pesar del cambio de gobierno. Es necesario que se sigan aplicando las mismas políticas. Este es el otro asunto, las políticas deben ser de Estado y permanentes, sin importar quien sea el presidente. *057 Realizada por Claudia Janneth Sánchez Rivera **** Abogado Penalista de empresas y de particulares en los temas de seguridad y de litigio penal con 49 años de experiencia. Ha sido Presidente de la Comisión de Seguridad Pública y apoderado de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex); Presidente de la Comisión Mexicana de Derechos Humanos; miembro fundador de México Unido Contra la Delincuencia; representante legal de las víctimas en el asesinato del Cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, ocurrido en 1993; y actual Presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal, A. C. Las opiniones contenidas en este artículo no expresan la posición institucional del Instituto de Estudios Urbanos de la Universidad Nacional de Colombia. Etiquetas: Bogotá, ciudade, ranking, seguridad